Landoni: “La segunda parte de la temporada fue bárbara”

“Contento a medias. Creo que la última serie nos dejó con un gustito de querer un poquito más. Si bien sabemos el nivel de Regatas, lo bien que juega y lo bien que nos ganó los partidos, creo que la serie se podía haber alargado y ser más pareja en cuanto a resultados. En lo que fue la temporada, conforme con la última mitad. Al principio nos costó adaptarnos pero hicimos un clic a partir del corte de Myles. No me puedo quejar de la parte final porque sería injusto. Yo apenas llegué en la pretemporada y los primeros partidos estaba muy cómodo con los sistemas de juego y hubo un momento que perdí minutos. No es que me olvidé de jugar al básquet pero no lograba la soltura y la continuidad de jugar. No es lo mismo jugar cuando estaban Aprea y Myles que ante el primer error te tenés que sentar. Al momento que cambió esto sentí el apoyo de mis compañeros, pude desplegar mi juego y servirle mucho más al equipo”, comenzó diciendo el pivote.

Liga Sudamericana

“Me dejó un gustito amargo. Si nos tocaba jugarla con el nivel que terminamos la Liga hubiésemos llegado más lejos. Más allá del partido contra Uniceub, a Aguada y a Peñarol le podríamos haber ganado. Fue un torneo lindo donde me hubiese gustado tener más minutos”.

- ¿Venís por la revancha en la Sudamericana el año que viene?

- Eso nunca se sabe. Esto recién termina. Ahora nos estamos despidiendo de los compañeros, de la gente del club que nos hizo sentir muy cómodos. Todavía no se movió nada en la Liga. Veremos.

La gente del Club

“La verdad que se hizo un buen grupo con los compañeros de trabajo. Más allá que la ciudad te contenga si tenés un mal grupo la pasas mal. En lo que fue la gente, excelente. En el club nos sentimos bárbaro y los hinchas siempre nos recibieron con una palabra de aliento”.

Intento de robo

“Yo todavía no tenía auto acá. Fue después de un partido contra Lanús en la segunda fase. Iba caminando para el centro y veo que venía una moto. Eran entre doce y media y una de la mañana. Eran dos individuos. Yo iba confiado caminando, me encierran, se baja un pibe y me encara. Ahí comencé a correr dos cuadras en contramano y la moto me empezó a seguir. Los tipos tenían un palo, me pegan en la espalda y por suerte tenía la mochila que me protegió. Solamente se rompió un frasco de shampoo que tenía. Forcejeamos un poco, sigo corriendo y paro un automóvil donde venía una familia. Hasta que me abrieron la puerta del auto y me pude meter me corrían alrededor del coche. Cuando subí el señor me dijo que tenían un arma en la cintura. Yo no conocía a la familia que me amparó esa noche, pero le estoy muy agradecido”.

Fuente: Diario Democracia