Regatas – Peñarol (juego 1 – Final)

La final que todos esperábamos. Se entiende por “todos” a la prensa, jugadores, técnicos, simpatizantes en general, porque desde el armado de los equipos la expectativa estuvo centrada en ellos. Y como pocas veces estos dos equipos se encargaron de no defraudar las esperanzas previas. En una liga tan pareja y competitiva no es común tomar un camino donde todos ya sabían que encontraríamos al final.

Regatas y Peñarol han dominado la Liga de manera tan contundente que no han dejado lugar a dudas. Son el 1 y 2 dos de la fase regular que fueron separados apenas por una victoria en la segunda fase. Por consiguiente cualquier análisis previo a esta final termina con la ecuación empatada.

Como todo deporte profesional existen indicadores por los cuales se puede trazar una previa que nos lleve a anticipar por donde debería caminar esta final según la lógica. Si es posible anticipar situaciones, deberán buscarse en lo tangible (los números) y lo intangible (lo emocional).

Cuando se arma una previa se tienen en cuenta tres aspectos básicos del básquet: Mental, emocional y estratégico.

Todos sospechan que en el primer ítem Peñarol saca ventajas. Sería correcto pensar que hoy Peñarol representa el paradigma del equipo duro mentalmente. Se saben ganadores e imponen su oficio de finales en cada juego cerrado. Hoy no solo tiene que ver con ellos, sino con lo que su rival sufre a través de esta situación. Es decir para ganarle a Peñarol hay que estar antes que nada preparado mentalmente. Cuando se llega a un final cerrado no solo se trata de lo que Peñarol logré imponer sino de lo que el rival también se condiciona.

Dentro del contexto de equipo que ha jugado 5 finales en 6 años también está el personal. Campazzo, Leiva, Leo son jugadores preparados mentalmente para hacerse cargo de esa situación. Al tiempo que este año en Play Off ha mostrado Gabriel Fernández su estirpe de campeón. Jugó una irregular primera y segunda fase y sacó lo mejor en la instancia decisiva.

En Regatas no se podrá decir lo contrario. También cuenta con su personal jerárquico y no solo tiene estirpe de campeón, ES el campeón. Ahora bien, Martínez y Quinteros son los abanderados del equipo del año pasado con Gerlero, Romano y Calderón que venían desde el banco. Pero le falta 3 de los 5 titulares del año pasado. Y una situación es importante: La final del año pasado contra Lanús, con todo respeto para el ex equipo de Santander, nunca tuvo una oposición de reto verdadero. Lanús se había quedado en los festejos de las semifinales.

La parte mental es un proceso necesariamente de ganancia empírica. Vale decir: se tiene que haber pasado por esa instancia de crisis para poder reaccionar bien en la siguiente. Lo que se llama experiencia. Quinteros y Martínez tiene la cabeza fría en instancias decisivas. El resto dará la prueba desde hoy.

Este año Regatas tuvo la virtud de saber sortear desde el primer minuto la presión de ser el campeón y tener que revalidar triunfos y juego mientras rearmaba el equipo. Eso le forjó el carácter que hoy sacará a relucir. Al igual que le pasó a Peñarol contra Quilmes, Regatas tuvo su propia situación mental de riesgo contra Argentino. Y también la superó a pesar de confrontar contra un equipo que no tenía nada para perder. Peñarol jugó mejor después de Quilmes, Regatas ¿podrá jugar mejor después de Argentino?.

La parte mental es la más importante. ¿Por qué? Porque es la mente (y no el corazón) el que determina en tiempos de altas pulsaciones las decisiones correcta. Pero nadie gana intelectualmente el juego sino que hay que adosarle el segundo punto: lo emocional.

El argumento emotivo es el que acompaña al mental. El carácter tiene que ver con el deseo: “quiero ganar, me rebelo a perder”. Cuando un equipo es duro de la cabeza y fuerte de carácter ya tiene estirpe de campeón, por más que sus jugadores no tengan gran jerarquía individual. En este aspecto Regatas ha mostrado una montaña argumentos favorables. Gerlero de titular siguiendo a los goleadores rivales, Romano jugando como alero titular o ala pivote suplente dando siempre el 100% sin objeciones, Calderón de pivote en los minutos decisivos, Hopson tomando el control del partido para liderarlo en el cierre. Regatas construyó este año un equipo valiente que se animó a todo. Ese es su tesoro para poder llevar la presión de la serie.

Peñarol tiene el carácter forjado con fuego. Leo Gutiérrez y Martín Leiva han hecho una escuela con sello LNB que será recordada por años. Todo Peñarol (y la Liga) ya lo sabe.

Finalmente el plano estratégico donde se dirimen los detalles de los equipos. Ya que vemos que son dos equipos parejos desde lo mental y el carácter tendremos que separar las virtudes y defectos de estos dos colosos.

Regatas es un equipo más largo. Tiene 10 jugadores de rotación permanente que se ha edificado gracias a la pericia de su técnico. El jugador que más minuto juega en el plantel es el hombre más cuestionado por todos: Ricky Sánchez, de quien se objeta su falta de enjundia o valor anímico. Sin embargo el técnico lo usa más que ningún otro ¿por qué? Claramente porque lo necesita y Ricky da respuestas. Sus 2.11 mts son incontestable en defensa. Asegura corrección de tiro y rebotes. Subestimarlo es un error y desde hoy tendrá la posibilidad de una doble misión. Condicionar el tiro de Leo Gutiérrez o atacar la altura de Martín Leiva.

Dentro una estructura donde el que más juega suma 28 minutos, Quinteros representa el buque insignia sin embargo la lectura más cercana al juego de Regatas debe verse por la capacidad de McHopson de marcar los tiempos del equipo. Cambia con Martínez de base y el equipo vuelve a ser de Hopson sin ambos comparten la estadía en el campo. Phillip Mc Hopson es hoy el único jugador de la Liga Nacional que puede medirse con Campazzo.

Mac suma 13.2 pts con 66% en libres, 62% en dobles (una locura ese porcentaje para un perimetral) y 38% en triples. Es el base que más rebotea en el país con 4.7 rebotes por partido (más que la mitad de los aleros de la Liga) y 4.2 asistencias por juego (5to en la LNB).

Si tenemos en cuenta los 28:27 minutos que Hopson juega por partido su promedio da 0.14 asistencias por minuto (Campazzo tiene 0.19) pero sobresale Mac con su guarismo de relación asistencias/perdidas. El base de Regatas domina la relación (con 4.2 asistencias y solo 1.6 perdidas) determinando 2.62 asistencias por pelota perdida. Mientras que Campazzo tiene en esa relación (asistencias/perdidas) un poco más bajo 2.22.

También Regatas parece tener más ventajas en la rotación del juego interior. Con Martina y Calderón como pivote para bancar en defensa pero usando a Ricky Sánchez en caso de necesitar un cuatro que pueda jugar de falso pivote. El quinteto: Martina, Calderón, Sánchez, Bortolín y Romano deberían marcar la diferencia estratégica a la hora de hundir el juego y escapar a la dependencia que tiene el equipo al juego de los perimetrales.

Argentino de Junín en semifinales se protegió de su molesto pick and roll con una zona, pero lo hizo porque debía refugiarse en una estrategia que no lo complicara con las faltas. Peñarol en cambio será mucho más frontal con su propuesta inicial (que debería llevar a lo largo de toda la serie) de ir hombre a hombre.

Jugar contra Peñarol es estar preparado para el atrape al base en el pick and roll, pero Martínez es especialista en desanudar esas trampas. ¿podrá Hopson hacerlo?. Tal vez la opción para él sea simplemente dejarlo cara a cara para que desequilibre y que supere la marca sin ayuda del pick. Aquí será importante saber que determinación toma Regatas.

Por el lado de Peñarol está la certeza de contar con el as de espadas. Está la carta ganadora que todo lo puede. Después de eso habrá que ver como hace el equipo para jugar desde esa conciencia de tener a Campazzo para el llamado de urgencia.

Patinó en el desarrollo ante Quilmes en 3 de los 4 partidos, flaqueó en el primero ante Boca, pero este equipo de Tulo Rivero no se da por vencido ni aún vencido. Dominado o no, jugando a lo que quiere o a lo que puede siempre encuentra una respuesta para llegar al gol. Pone el partido en 85 puntos y andá a correrlo de atrás. Cualquier equipo que no se predisponga a meter más de 80 puntos tiene pocas chances de victoria.

En estas instancias de Play Offs encontró dos situaciones que le vienen de maravilla. La aparición de Sosa en el triple en momentos claves y la actuación de Gaby Fernández que hasta anotando bandejas en el poste bajo ha llegado al gol. La preocupación principal que podría tener Peñarol es que tiene un equipo teóricamente más corto que Regatas y cuánto más avance la serie (y el cansancio) le jugará en contra. Campazzo y Gutiérrez suman más de 30 minutos y Boccia (29) y Leiva (28) siempre suman mucho. Ese cuarteto define la producción del equipo.

Peñarol a pesar de tener grandes pasadores genera mucho de su rol ofensivo en instancia decisiva desde el uno contra uno. Mucho más que Regatas que apela al juego de conjunto para desentrañar la defensa rival. Ambos corren de maravillas el contraataque y este Regatas ha copiado el modelo justamente de su rival de terminar los ataques rápido en tiro de 3 puntos como sistema y no como recurso.

Si Peñarol puede destruir el sistema de pases tendrá buena parte de la batalla estratégica ganada. Debe llevar a Regatas a la individualidad. Sacarlo de su modo, y ponerlo en negativo. Porque el conjunto de Regatas seguirá peleando y ya hemos dicho que mentalmente está preparado. Por lo tanto con su jerarquía individual llevará el partido adelante. No obstante para destruir al campeón deberán primero destruirle su juego.

Pablo Tosal
@pablotosal
www.pickandroll.com.ar