El genio dorado

Ya pasaron 10 juegos del arranque de la temporada. Diez juegos en los cuales su equipo no sabe lo que es perder. Y gran parte de la responsabilidad la tiene él. No es un portento físico (estilo Lebron James), no es un multifunción que juega de todo (como Kevin Durant), ni un individualista que piensa más en ser MVP que en ganar un título (Simil James Harden). Stephen Curry, de él estamos hablando, está en el punto máximo de su carrera. Si bien la temporada pasada ya logró entrar en el pedestal del mundo Basquet con su MVP en la temporada regular y llevando a Golden State al primer título de la franquicia, este comienzo de temporada es sencillamente fantástico y lo muestra en su mejor versión

Los números hablan por sí solos. Lidera la Liga en puntos con 33.3 por partido. A eso le suma la nada despreciable suma de 5.6 asistencias por juego y 5.3 rebotes. Pero sus porcentajes llaman aún más la atención. Tiró en estos primeros 10 juegos un 47.2% en tiros de 3 y está 15 en ese rubro. Pero valga una aclaración. Lleva tomados 110 tiros (¡11! de promedio x juego) y el segundo que más lanzó al aro entre esos 15 fue Jerryd Bayles con 38. Algo similar ocurre con los libres. Es séptimo en ese rubro con un tremendo 92.6 %, y lleva tirados 68. Lidera esa esta tabla Deron Williams con un 100%, pero con solo 14 intentos y el segundo que más fue a la línea entre los primeros 10 después de Curry, fue Jamal Crawford con 29 (menos de la mitad).

Estos grandes números se resumen en el más importante. La NBA elabora un rubro que llama Eficacia (EFF)( diferencia entre Puntos + Asistencias + Rebotes + Recuperos + Bloqueos menos los Tiros de campo intentados sobre tiros de campos convertidos + Tiros Libres intentados – Tiros libres convertidos + Pérdidas). Es primero en la NBA en ese ítem con 340 puntos y le saca casi 100 al segundo (Blake Griffin con 257). Muestra que tan importante es un jugador para su equipo. Esto asegura, sin lugar a subjetividades, que, hoy por hoy, Stephen Curry es el mejor de la NBA.

Pero nada es casualidad. El guardia nacido en Akron, Ohio y que, seguramente por influencia paterna, empezó a picar la pelota antes que caminara, está próximo a cumplir 28 años (14/03/88). Muchos analistas consideran que es la mejor edad en la vida de un deportista. Porque a un físico en gran estado le suman la madurez mental tan necesaria para el deporte de alta competencia. Ejemplos de esto hay muchos. En la NBA, su máximo exponente, Michael Jordan, consiguió su primer título en la NBA en el año 91, con 28 años recién cumplidos (nació un 17 de Febrero de 1.963). Y quien pelea palmo a palmo con Curry el liderazgo de la liga, Lebron James, obtuvo en 2.012 su primer título en Miami, el año de cumplía también los 28 (es del 30 de Diciembre del 84). Más cercano a nuestro afecto, quien duda que Emanuel Ginóbili mereció el MVP de las finales de la temporada 2.004/05 cuando los Spurs se quedaron con su tercer título NBA, con el bahiense a punto de festejar los 28 (nació en Bahía Blanca un 28 de Julio de 1.977). La temporada 2.014/15 de Messi en el Barcelona fue perfecta. El rosarino tiene 28 años y todos saben que se quedará nuevamente con el Balón de Oro.

Tampoco es casualidad por qué Curry sigue mejorando. Obviamente tiene un don que, si no es genético, fue moldeado desde pequeño por un entorno ligado al básquet. Pero también hay mucho trabajo detrás. No hay deportista en el mundo (Ginóbili no se cansa de repetirlo), que llegue a lo más alto de su deporte y logre mantenerse, si al talento natural no le agrega la cuota de sacrificio que corresponde.

Eso hace Stephen Curry.

TALENTO + ESFUERZO=ÉXITO.

Su habilidad con la pelota es increíble. Su puntería es asombrosa. Así lo entrena.

Lo que se practica / entrena, como casi todo en la vida, si se hace a conciencia, da resultado.

Estamos ante la presencia de un fuera de serie. La temporada recién comienza. Pero parece que al trofeo de MVP ya le están empezando a tallar nuevamente las iniciales S. C.

Pablo Carranza

En Twitter: pcarranza8