Floja actuación, mismo resultado

Poco dejó la victoria de los San Antonio Spurs sobre el peor equipo hasta aquí de la competencia, los Philadelphia 76ers, por 92 a 83 en la noche del sábado. El equipo texano, que no contó con la presencia de Kawhi Leonard (problemas respiratorios) ni Emanuel Ginóbili (aductor), tuvo un partido muy errático que logró sacar adelante debido a que en frente tenía un rival de una talla muy inferior, y además porque logró fusionar el aporte de varias individualidades.

El espectáculo no arrojó nada desde el inicio mismo del partido. San Antonio se mostraba inconexo en ataque, carente de ese juego de pases tan aceitado que lo caracteriza. Philadelphia, por su parte, demostraba porqué llegó al AT/T Center con récord de 0-9.

Los Spurs comenzaron a hacer la diferencia en su propio aro, ya que en ataque lucía igual que su rival. Sin su máximo anotador en cancha (Leonard), el equipo de Gregg Popovich encontró gol en las manos de Tony Parker, quien era una excepción dentro del mal funcionamiento texano; el francés comandaba a los suyos con 8 puntos sin errar (2/2 en dobles, 4/4 en libres).

Con su base encendido y sacándole provecho a los escasos recursos de su rival, los Spurs se escaparon 14-4 a 4:38 del final del primer cuarto. La diferencia llegó a ser de doce (20-8) con 2:28 en el reloj. Finalmente se iría al primer descanso con ventaja de 20-12.

Distinta fue la situación durante el segundo cuarto, ya que si bien San Antonio no estuvo tan errático como en los primeros doce minutos de juego, Philadelphia no solo que tampoco, sino que comenzó a tener variantes que luego plasmaba en puntos. Jahlil Okafor comenzó a tirar del carro, metió 4 puntos en el cuarto batiéndose a duelo con Tim Duncan, quien sostenía a los texanos (6).

Los de Brett Brown (0-10) encontraron variantes en Grant (7), como así también en el banco de suplentes (14 puntos entre Thompson, Canaan, Sampson y Pressey) y en el tiro a larga distancia, desde donde encestaron 3 de 6 intentos. Por eso pasaron del 26-13 al 23-28 a 7:58 del entretiempo.

Los Spurs jugaron más en la pintura, con Aldridge (9) y Duncan, al tiempo que West, al igual que McCallum tuvieron buenos ingresos desde el banco. El local se relajó en defensa y Philadelphia cerraría el primer tiempo abajo solo 43-49.

Los Sixers salieron decididos sabiendo que lograron mantenerse en juego y que, si lograban mantener a los Spurs fuera de foco, podría achicar aún más la diferencia. En el primer minuto y medio del tercer cuarto la visita quedó a tres (44-47) mediante un triple de Jerami Grant. Pero eso haría enojar a San Antonio, que atravesaría su mejor momento de la velada.

Parker continuó sacando la cara por su equipo, metió 4 puntos consecutivos para liderar un parcial de 13-2 con el que los Spurs sacaron una máxima de 66-50 a 4:50 del final del período. San Antonio, que terminó tiró para un 55.6% de cancha en el período, amplió la brecha a 19 puntos (74-55) sobre el final del mismo, que terminaría 76-60.

Pero todo lo bueno que los Spurs había podido construir en el tercer cuarto se derrumbó durante los últimos doce minutos de acción. Los de Gregg Popovich volvieron a sumergirse en sus problemas ofensivo (33.3% de cancha) y le dieron vida Philadelphia.

Los Sixers, liderados por 7 puntos de Okafor, establecieron un parcial de 12-2 con el que prendieron las alarmas texanas y dejaron el marcador 85-79 con 5:22 por jugarse. La escasa diferencia se mantuvo hasta los dos minutos; los de Brett Brown cerraron mal el juego, y a San Antonio le bastó con un 6-0 que estableció las cifras definitivas.

Con esta victoria, la cuarta consecutiva, San Antonio se mantiene como único escolta de los Golden State Warriors en la conferencia Oeste con un récord de 7-2. Mañana volverá a ver acción cuando reciba a los Portland Trail Blazers a partir de las 22.30.

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Sebastián Ciano
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