16-0: para agradecer y disfrutar

Los Bulls de los 90, los Lakers de los 80, los Celtics de los 60, los Warriors del 2015. Las inservibles comparaciones del fenomenal arranque de Golden State en la temporada con esos los equipos que marcaron un antes y un después en la historia del básquet no tardaron en llegar. Pese a ser en distinta época, con otros jugadores, otro nivel, otra repercusión y hasta otras reglas, los entusiastas del pesimismo prefirieron criticar a disfrutar.

Guerreros del Estado Dorado, los Warriors volvieron a poner el foco de la NBA en California, lo más occidental del Oeste y lo mejor de la Conferencia más dura. 16 victorias consecutivas como para comenzar la 2015/16, luego de obtener el campeonato hace meses derrotando nada más y nada menos que los Cavaliers de LeBron James.

La historia de la NBA escribió otro capítulo de su libro este martes por la noche: franquicia vieja, pero con un equipo joven, GSW superó las 15 victorias consecutivas de Washington Capitols en 1948 y las de Houston Rockets en 1993. Pero no fue casualidad, todos los partidos ganados con comodidad y amplia diferencia, complementándose con las marcas individuales de Stephen Curry, que en su peor partido se quedó con 22 puntos.

Claro está que, pese a ser un MVP lejos del resto, Curry no está solo: porque Michael Jordan necesito a Scottie Pippen, Magic Johnson a Kareem Abdul-Jabbar y Stephen Curry a Klay Thompson. En realidad, a todo el equipo. Aunque nadie al nivel del #30, todos juegan brutal y colectivamente formaron una impronta difícil de detener.

Rápido, ágiles y dúctiles con el balón, los triples son su punto fuerte. Pases extras por doquier, siempre hay dos o tres esperando detrás de la línea de tres con el aro en la mira. Ahí atacan los Warriors: si no tira Curry, amague y pase a Thompson; si no tira Thompson, amague y pase a Barnes; si no tira Barnes, amague y pase a la zona pintada para que aparezca Bogut endemoniado rompiendo la defensa sin que nadie lo note.

Tan obvios como sorpresivos, la calidad de los quintetos que estén en cancha imposibilita saber quién va a tirar, quién va a penetrar a las corridas o quién puede llegar a cortar mágicamente por el centro.

Lo de Curry siempre es caso aparte. Luego de romper el récord de triples en una temporada, a la próxima batió el suyo y ahora conduce a Golden State a un histórico 16-0. Con una mecánica de tiro que no está en ninguno de los libros, Steph parece sentirse más cómodo lanzando apresurado, con la mayor marca posible y el menor tiempo en el reloj.

Eróticos para ver, hace tiempo que un equipo lucía un verdadero show en el parquet. Sin embargo, las críticas comparándolos con la barbaridad de anillos que ganaron Michael Jordan, Kobe Bryant o Bill Russell de nada sirven. Seguramente habrá que esperar un tiempo -posiblemente cuando ya no estén- para agradecer ser contemporáneo a los Golden State Warriors de Stephen Curry que llenaban el Oracle Arena de Oakland de camisetas amarillas en playoffs.

Agradecerles al igual que a los grandes equipos que deleitaron a millones de personas en el planeta. Por esos triples imposibles, ese juego vistoso y esa superioridad plena al resto de los 29 equipos. Ese dominio total de la liga, que recién comienza y tiene una temporada completa por delante para demostrar aún más.

Todavía les quedan las 33 victorias consecutivas de los Lakers y las 72 en toda una campaña de los Bulls. Sin lugar a dudas, este parece ser el camino para marcar historia; para ganar más anillos y para parar y preguntarse: ¿Quién podrá detener a estos Warriors?

Lucas Barreña

@LucasBarrena

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