Todo volvió a la normalidad

Los campeones volvían a su casa después que de haberse quedado con el récord de mejor arranque en la historia de la NBA. Y había expectativa por ver como reaccionaban después de estar en la situación inédita de esta temporada de perder un partido.

En el arranque del juego pareció que esa derrota había afectado la confianza del cómodo líder de la liga. Sorpresivamente era Brendan Rush, con tres triples consecutivos, quien lideraba a los Warriors en ofensiva y en los de Phoenix se repartían los puntos y ello les permitía terminar arriba en el marcador por 28 a 26 al final de los primeros 12 minutos.

Siguió parejo el partido hasta mitad del segundo cuarto. Teletovic comenzaba a liderar el ataque de la visita, y entre Grenn, Ezeli y Curry sumaban para GSW. Pero ya en la segunda mitad de ese período empezaba a presagiarse lo que terminaría siendo el segundo tiempo. Empezaron a aparecer los triples de Thompson y Curry y las diferencias se fueron ampliando para terminar el primer tiempo arriba por 13 (59-46).

El tercero fue un festival de Thompson. Como en la temporada pasada, cuando estableció el record de 37 puntos en un cuarto, pareciera que los terceros cuartos le sientan bien al nacido en Los Angeles. Le salía fuego de la mano al alero de Golden State. Y el equipo (en especial Curry) jugó para él. Además de los 27 puntos que hizo en el cuarto el Splash Brother, GSW sumó 46 en esos 12 minutos y pasó por arriba a los Suns sacando una máxima de 40 (105-65).

El último fue decorativo. Ya no ingresaron Curry ni Thompson, Golden State aprovechó para darle minutos a la banca y los Suns solo lo hicieron un poco más digno.

Pablo Carranza

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