Atlanta no está de baja

El día llegó: Tras 275 partidos disputados de manera consecutiva (todos los de su carrera), una fascitis plantar dejó afuera de una cancha NBA a Damian Lillard. Y si a eso le sumamos la baja de CJ Mc Collum (esguince en ambos tobillos), el panorama para los Blazers no era nada optimista. Es que sus dos guardias iniciales se combinan para 44.7 puntos por partido, y vaya si su equipo los extrañó. Atlanta hizo su juego, repartió el goleo, manejó los ritmos y se aprovechó de esta situación para conseguir una nueva victoria y escalar posiciones en el Este.

El comienzo de partido fue sumamente errático, y en ese contexto Portland pareció sentirse más cómodo, con una tendencia marcada de ir hacia adentro, encontró gol rompiendo la primera línea defensiva y dominó en los minutos iniciales (7-4 a 7.50) disfrutando que los Hawks abusaban del tiro exterior sin éxito (0/4 T3) y no parecían metidos en el partido.

Pero ese verano le iba a durar poco a los Blazers, ya que su ofensiva careció de ideas (ningún jugador sumó más de 3 puntos), los aciertos lejanos brillaron por su ausencia (0/6 T3) y las pérdidas (5) le cedieron el control a su rival que aprovechó para imponer condiciones: El tándem Millsap (6) – Horford (4) pesó en la pintura, Bazemore (5) y el ingresado Sefolosha (6) aportaron intensidad atrás y gol adelante y Schroder le dio otra frescura desde la base para que Atlanta poco a poco marque diferencias y se lleve el primer cuarto por 26 a 17.

Gracias a la profundidad de la banca –cuatro jugadores anotaron- ATL siguió siendo amo y señor de las acciones y llegó a sacar 10 (40-30 a 7.01) con el interesante aporte de Scott (5), pero Portland mostró otro grado de agresividad y con más ganas que ideas se metió en juego, ya que al poder atlético de Davis (4), se le sumó un pasaje extraordinario de Harkless (12 puntos consecutivos para su equipo) a quién se le abrió el aro de media y larga distancia y encabezó un parcial de 9-0 que puso a su equipo a 1 (40-39 a 4.58).

Pero POR se iba a secar nuevamente, porque tras un acierto de Crabbe a falta de 4.04, el visitante no iba a sumar más de campo (0/6 TC y 1 pérdida) y solo encontraría un par de tiros libres (2/4 T1) en una ofensiva completamente estancada, lo cual le abrió la puerta a los Hawks para retomar su andar, Sefolosha (4) y Bazemore lograron correr la cancha, Korver castigó de larga distancia y Teague apareció por primera vez en la noche para que ATL tome aire y se vaya a los vestuarios ganando 55 a 43.

Los problemas de los Blazers a la hora de atacar se multiplicaron tras el descanso largo, sin un líder que marque el camino, sufriendo las pérdidas y con bajos porcentajes, solo una ráfaga de Plumlee y algunas acciones individuales le permitieron mantenerse cerca en el tanteador (66-56 a 3.33), pero Atlanta nunca perdió la compostura, Scott (4), Bazemore y Korver fueron vías de gol bien encontradas por Teague, y en el relevo del base, Schroder (7) fue agresivo, doblegó fácilmente a la media cancha rival y fue la bandera de un parcial de 11-2 que comenzó a liquidar la historia llegando al último período: 77-58.

Con el marcador y el reloj como aliados, Atlanta bajó su intensidad –especialmente en defensa – pero encontró variantes como para no sufrir: MIllsap (6) atacó el cesto y sumó desde la línea, Schroder (6) consiguió un par de triples y Teague (7) cerró a puro gol gracias a su velocidad, para apagar cualquier intento de reacción de Portland, que encontró las facilidades y la efectividad que no había tenido en los 36 minutos anteriores: Un tremendo pasaje de Crabbe (12) –haciéndose cargo de un gran porcentaje de los ataques- se sumó a los momentos positivos de Frazier (7) y Henderson (7) que llegaron a acortar a 8, pero la victoria de los Hawks nunca estuvo en duda.