¿Llegan?

Cansancio? Bajaron el nivel en el peor momento? O dosifican energías para llegar bien a los Playoffs? Solo Kerr y los suyos saben la respuesta. Pero la realidad muestra que luego de estar invictos durante más de un año en su casa (ahora perdieron 2 de los últimos 3 juegos como local), los actuales campeones y principales candidatos a obtener el título de la NBA cayeron ante unos Wolves que ya están fuera de la postemporada y los obligan a ganar los 4 juegos restantes (2 vs. Memphis y 2 vs. San Antonio) para lograr el ansiado récord.

Nada hacía prever complicaciones para una nueva victoria de los Warriors. A pesar de una floja noche de su estrella (convirtió sus primeros 2 puntos con 2 simples al finalizar el primer tiempo, su primer triple en el tercero y terminar con un pobre 4 de 14 de 3 puntos) y del equipo en general (34.5 % en triples en el juego), siempre estuvo arriba en el marcador y terminó con ventajas de 9 puntos en los 2 primeros cuartos (28-19 el primero y 55-46 el segundo), preparando una noche tranquila.

Pero Wiggins y Muhammad hicieron destrozos en la defensa de los Dubs a partir del tercer cuarto y después de correr de atrás todo el encuentro, empataron en 94 a 6,40 del final. Parecía que se lo llevaban igual los locales, ya con un Curry en modo estelar, cuando volvieron a sacar 6 (104-98), pero una bandeja del canadiense (imparable) mandó el partido a suplementario (106 por bando).

Se sumó Towns en la visita para acompañar a los ya mencionados Wiggins y Muhammad y en esos 5 minutos los Wolves tomaron cortas pero irrecuperables ventajas para romper el pronóstico y llevarse una victoria impensada en casa del mejor de la NBA.

Los Warriors quedaron con un récord de 68-9 y reciben el Jueves a los Spurs de Manu. Una gran prueba para responder si son capaces de quedar en la historia.

Pablo Carranza

En Twitter: pcarranza8