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12/09/2017 20:00 | Eliminatorias China 2019

Cambiemos

(Análisis) En noviembre, con la llegada de las ventanas clasificatorias, comenzará una nueva historia en el planeta FIBA. Virtudes y defectos de un sistema que pretende ampliar la cantidad de eventos mientras combate contra el dominio de la NBA y la Euroliga en el mundo.
Autor:Martin Segura (@Martin_Segura)
Cambiemos

Días atrás, el ambiente basquetbolístico replicó en distintos medios y redes sociales una serie de declaraciones brindadas por Ettore Messina en conferencia de prensa respecto a las ventanas, los jugadores disponibles y todo lo que rodea a los conflictos entre FIBA-NBA-Euroliga. Las palabras de un entrenador tan respetado y con tanto prestigio sin dudarlo generan un cimbronazo en las cúpulas dirigenciales que no tardaron en responder (incluso Federico Susbielles, Presidente CABB, se expresó al respecto).

Durante el EuroBasket 2017 y tras un gran encuentro entre Lituania e Italia, el entrenador de la Selección Azzura y asistente de los San Antonio Spurs manifestó: No estoy contento. Estoy disfrutando de mi equipo, pero con la situación que se ha planteado estos jugadores que disputan NBA o Euroliga estarán fuera de los próximos compromisos de selecciones. Tanto jugadores como entrenadores están a una en esto porque no tienen ningún representante en las reuniones donde se toman estas decisiones. Utilizaría palabras groseras para explicar esto, pero... ¿qué quieres que te diga? Es humillante, sobre todo para las federaciones que se verán en la situación de pedir a un grupo de jugadores que clasifiquen a la selección y luego acabarán diciéndoles: 'Gracias. Alguien que se supone que es mejor que tú es el que estará en la próxima competición'. Eso, para los jugadores, es una humillación. Juegas para tu país, logras la clasificación y luego 12 jugadores mejores que tú llegan y juegan el campeonato principal. Es el cuento de nunca acabar. Simplemente espero impaciente cuál será el próximo paso en esta historia, en esta carrera de cerebros brillantes que hemos visto en los últimos dos años. Veremos quién gana”.

Su postura es clara, firme y concisa: todos los jugadores no podrán participar de las ventanas. Esto es una realidad: a comparación del sistema de clasificación previo donde en un torneo se juntaban cada tanto los mejores jugadores para obtener los pasajes disponibles, ahora serán protagonistas jugadores de menor nivel. Sin embargo, para entender el porqué del cambio propuesto por FIBA, hay que analizar varios aspectos.

Al ser la NBA una liga privada, con franquicias que son propiedad de personas físicas o sociedades, ellos ponen sus propias reglas. Delimitan todo (incluso el reglamento de juego) y por supuesto, los permisos a sus jugadores. Ellos deciden, los jugadores acatan. Aquí nace la primera parte del conflicto: FIBA no es en el básquet a lo que la FIFA es en el fútbol. No tiene una jerarquía absoluta, mucho menos tiene algún tipo de influencia sobre la NBA. La mejor liga del mundo es más importante que el resto del mundo.

En Europa, la historia es un tanto complicada. FIBA creó la primera competencia de Clubes en 1957 denominada Copa de Campeones Europea. A partir de 1996 pasó a denominarse ‘EuroLiga” pero nunca se patentó su nombre. Tras la disconformidad de algunos equipos top, éstos se alejaron, tomaron el nombre como propio y en el 2000 fundaron la actual EuroLiga, como una competencia privada con sus normas propias. A la Euroliga se ingresa solo por invitación. No es más una Copa de Campeones. Por más que un equipo salga ganador del torneo de su país europeo, si no cumple requisitos no participa. Cada club es calificado según rendimiento, estadio, contratos, plantilla, etc. para otorgarle una licencia A, B o C, que determinará su lugar.

Aún contra esta situación, FIBA pretender ampliar el espectro. Más partidos, más fechas, más básquet. Luego de correr el año calendario del Mundial para que no choque con el de fútbol, se busca un cambio radical en la forma de competencia y que no sea tan distante entre sí y de la gente. Es consciente que en la primera etapa chocará con intereses privados, gustos de entrenadores, enojos de jugadores y más. Cada cambio trae a su lado críticas.

La gran inquietud para determinar el futuro es si en algún momento, algún país europeo ve en peligro su clasificación al Mundial por no contar con todo su potencial (a EEUU difícilmente le suceda esto). Está claro que la estrategia de FIBA en esta lucha de poder es esperar y presionar cuando haya malos resultados. Como dijo Messina, seguramente se modifiquen planteles enteros entre ventana y Mundial. Pero eso es tarea de cada entrenador y cada cual tomará el camino que considere correcto. Y si les va mal sin tener a los mejores, no es responsabilidad exclusiva de ellos.

De cualquier manera, un Mundial o JJOO sin las principales figuras carece del valor deportivo habitual y si, como predijo Messina, varias selecciones modifican sus nombres quizás algunos jugadores evalúen de otra manera su participación en los combinados nacionales.

Del otro lado de la moneda, el hecho de convocar jugadores de ligas nacionales elevará el nivel de la competencia local, sobre todo en esta parte del mundo. El roce internacional que le falta a nuestros jugadores será más habitual y si bien no será lo mismo que ir a un Mundial o Juego Olímpico ni recorrer Europa, jerarquizará a los jugadores que sean convocados, junto con generar un ciclo más continuado de fechas que sin lugar a dudas potenciará a la región sudamericana.

Con el sistema anterior de clasificación, en líneas generales, los mejores participaban por su país. Tal es así, que el EuroBasket sin otorgar pasajes sigue siendo un evento magnífico y quizás las ventanas no atraigan tanto.

Seguramente en el futuro se pueda lograr que las competencias se frene por las “fechas FIBA” para que la gente disfrute de las estrellas, pero hoy ello no sucederá.

Esta es una cuestión un poco ambigua y el caso de la “Generación Dorada” lo grafica perfectamente. Argentina no jugó partidos oficiales (Sudamericano y FIBA Americas) ante su público entre 2002 y 2010, momento cumbre de la camada. Muchos se jactarán de haber estado en Neuquén 2001 y otros habrán disfrutado del título en 2011 (con varios cambios), pero durante ocho años de los mejores la historia del básquet argentino, el público no pudo ver a su Selección, en Argentina, por los puntos. Mal que mal y cayendo nuevamente en la comparación con el fútbol, el público argentino puede ver a Messi cada fecha de eliminatorias.

Cambiemos

Messina, en sus declaraciones, agregó: Nos gustaría ver más partidos como el de hoy. Ver a Valanciunas, Kuzminskas. Más a Belinelli, a Melli, a Datome. Nos gustaría verlos cada vez que su selección sale a la cancha. Eso es lo que queréis ver".

Eso, considerando que el público puede verlos. No debe existir fanático alguno del básquet argentino que no hubiese querido ver en persona a la Selección. El destino más cercano en el que la Generación Dorada jugó entre 2002 y 2010 fue el Sudamericano de Brasil en 2004, con varias ausencias. En ese proceso participó en FIBA Americas San Juan de Puerto Rico 2003 y 2009, Las Vegas 2007 y Santo Domingo 2005; Mundiales de EEUU 2002, Japón 2006 y Turquía 2010; JJOO de Atenas 2004 y Pekín 2008 más Diamond Ball de Belgrado 2004 y Nankin 2008. Fue imposible durante esos años ver a Argentina. No es lo mismo trasladarse en Europa para un torneo que en América.

Ahora tal vez no estarán siempre los mejores, pero se podrá disfrutar de partidos internacionales cada algunos meses y, en el futuro, se pueda encontrar una manera de que estén todos.

En las últimas horas, Patrick Baumann, Secretario General de FIBA, elaboró un artículo titulado “Porqué el futuro del básquet se construye en la pasión por las selecciones” (http://www.sportspromedia.com/opinion/why-basketballs-future-is-built-on-national-team-passion texto original en inglés) en el cual destaca una serie de virtudes y explicaciones sobre los cambios, poniendo principal énfasis en que durante muchos años el público no pudo disfrutar de sus selecciones jugando partidos importantes en sus casas y cómo eso perjudicó a las federaciones en su crecimiento y evolución.

Además, agregó que en el Eurobasket 2017 sólo un 11% de los jugadores está en la NBA y criticó a la Euroliga diciendo que lamentablemente un grupo de equipos europeos no liberarán a sus jugadores para jugar por sus países lo cual disminuirá el nivel y le quitará el orgullo de representar a su Selección a aquellos que lo desean”.

Los conflictos FIBA-NBA y sobre todo FIBA-Euroliga no parecen finalizar pronto. El cambio llegó y cada parte tomó su postura cuidando sus intereses. Habrá que esperar para determinar qué pesa más, si las ausencias o la presencia más activa de las selecciones. El tiempo dirá.

Martín Segura
@Martin_Segura
Pick and Roll

»walter13/09/2017 11:55
La generacion dorada no jugo nunca en el pais durante esos años que cita el periodista por la simple razon que aca somos unos muertos, que no hemos tenido ni tenemos capacidad economica ni estadios decentes para organizar ni premundiales ni preolimpicos y poder disfrutar de los mejores jugadores del mundo. Simplemente por eso.
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»fernando13/09/2017 22:48
Estás equivocado. Preolímpico de Mar del Plata 2011 por ejemplo.
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»Pablo13/09/2017 18:01
Otra cosa importante que elude el autor de la nota es que FIBA esta imponiendo la Champions League, un torneo mas democratico y le esta sacando el curro de a poco a la Euroliga. Es todo plata, no se trata de jugadores los cuales son solo rehenes de esa lucha. Las Federaciones tampoco se la estan jugando, de hecho fueron amenazadas por FIBA Europa de no permitirles jugar en Rio si no obligaban a sus equipos de Euroliga a ceder en esta lucha. Obviamente no pasó porque ahi si iba a ser un desastre de ausencia de jugadores y equipos. Le erra al analisis señor periodista creo yo.
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