La aventura de jugar a puertas cerradas

La Liga Nacional no tuvo público en los estadios el jueves ni tampoco el viernes por el coronavirus lo cual generó que solo periodistas, todo encargado de cancha y mesa de control solamente se presenten. Además de jugadores, cuerpo técnico pero todo en números específicos sin salirse de las normas correspondientes.

Uno de esos estadio fue el Héctor Etchart donde La Unión de Formosa le ganó a Platense con un único espectador de lujo: León Najnudel, Su foto brilló como siempre y, como casi nunca, escuchó las charlas técnicas, arengas y reclamos.

La foto de León Najnudel sobre uno de los laterales del Héctor Etchart brillaba como siempre, juegue o no su querido Ferro. Pero anoche, el padre de la Liga Nacional observó solo la victoria de La Unión de Formosa sobre Platense 92 a 89 porque el encuentro, por el coronavirus, se jugó a puertas cerradas.

Apenas unos dirigentes del club que hizo las veces de local, un par de fotógrafos, periodistas y juveniles del visitante que no integraron el plantel lo acompañaron. En frente, en la puerta principal, una persona de seguridad controló que no ingrese nadie y en la platea donde habitualmente los hinchas del Verde alientan a los suyos un solo asiento fue ocupado por un joven que, a pocas ganas, esperó el final para barrer el piso flotante.

En ese contexto, el partido tuvo ambiente de entrenamiento. Sólo ambiente porque en el juego ninguno regaló nada, jugaron con puños y diente y quedaron al desnudo muchas situaciones que no se aprecian en un duelo con gente en las tribunas. El aire del mítico gimnasio recibió y expandió un sinfín de situaciones, como cuando uno de los árbitros le dijo a un jugador que, por el mismo motivo por el que no había público, la Liga Nacional se iba a detener treinta días.

No hubo, lógicamente, presentación de jugadores al principio y, en el final, el grito de guerra por la victoria llegó hasta Formosa. Antes, se escuchó claramente como Alejandro Vázquez retó a los suyos a los gritos, Daniel Jaule silenció a su banco de suplentes para evitar una falta técnica y, al principio, como se cayó uno de los carteles dónde habitualmente se digitalizan publicidades y el jueves por la noche estuvo apagado.

Sin protestas desmedidas a los árbitros, se oyeron intercambios por pedidos de explicaciones. Una caída fuerte al parquet de Giorgi sobre el cierre también retumbo en todo el gimnasio aunque más grande fue el pedido de los jugadores para que frenen las acciones hasta que Facundo Vázquez, muy metido en el duelo, se dio cuenta.

El Héctor Etchart, donde tantas veces jugadores y equipos fueron idolatrados por sus hinchas en noches mágicas de básquet que León recuerda como nadie, anoche su guardó todo para él porque por una pandemia, la misma que obligará a parar la LNB, quedó solo a merced de su guardián.

Habrá que recorrer exhaustivamente los archivos para encontrar una noche en la que LNB no tuvo público en tres estadios. En Boca Juniors y Argentino de Junín La Bombonerita y El Fortín de las Morochas respectivamente también estuvieron vacíos. Sin embargo, el eco mayor lo tuvo el estadio de Caballito, hazaña de grandes proezas y por donde pasaron un sinfín de glorias.

Emir Diamante
Pick&Roll