El retorno del Rey

La historia de LeBron James en la NBA no para de llenar nuevos capítulos. Anoche le tocó alcanzar su décima final de la NBA en materia personal. Es la primera que disputará desde que se unió a Los Angeles Lakers en el verano previo a la campaña 2018-2019.

La noche consagratoria con la que cerró 4-1 la Final de la Conferencia Oeste lo tuvo con una marca pocas veces vista en la historia. Se convirtió en el primer Lakers que en Playoffs alcanzó los registros de 38 puntos, 16 rebotes y 10 asistencias.

En estos 17 años, LeBron tiene números que asombran a estas alturas: 10 Finales en 17 años. En la lista de máximos asistidores a la serie final de temporada se encuentran leyendas como Bill Russell, con 12 Finales en las cuáles ganó 11, es el mejor. Sam Jones, integrante de Boston Celtics, está detrás con 11 Finales disputadas y 10 campeonatos. LBJ quedó con la misma cantidad que otro emblema de la liga como Kareem Abdul-Jabbar, quien ganó seis campeonatos.

Además, en toda su trayectoria se caracterizó por desarrollar una reconstrucción de su estilo de juego. En sus primeros años se caracterizó por ser ese jugador que volaba en la cancha y asombraba con sus volcadas y plenitud física. Luego, en los últimos años, pasó a ser un estratega dentro de la cancha. Mermado en su status físico, en Lakers se adaptó a ser un “base” que se encargó de fortalecer la confianza de sus compañeros.

Esto no es un método nuevo dentro del mundo Lakers. Se vio en el último campeonato de los Lakers, allá por 2010, donde el equipo angelino, liderado por Kobe Bryant, se destacaba por el gran trabajo en los primeros minutos de jugadores como Pau Gasol, Andrew Bynum, Lamar Odom, Ron Artest, Sasha Vujacic y Derek Fisher, entre otros, y luego aparecía Kobe con todo su esplendor en los momentos claves.

LeBron, en ese sentido, tiene el espíritu de Kobe. Dejó que Anthony Davis, Alex Caruso, Dwight Howard, Rajon Rondo, Kyle Kuzma y Kentavious Caldwell-Pope crezcan en su fe personal, mientras que el Rey se encargó de derrumbar a Denver, por citar un caso, en el último partido con 16 unidades un gran momento con su tiro de campo.

La nueva final de la NBA tendrá a un LeBron James muy distinto a aquel del 2018 que fue llevado puesto por Golden State Warriors. Este año tiene un objetivo más que lo lleva a ir por el título: por Kobe. La muerte de la leyenda del equipo púrpura y dorado lo llevó a ponerse la meta del título a él y a sus compañeros. Esta semana empezará la misión con un Rey que buscará retornar al trono.

Juan Ignacio Alburquerque

@JuaniA10

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