La otra cara de la moneda

Días atrás finalizó la primera ronda de los Play off de la NBA y es hora de hablar del personaje de esta película. El Joker de los Nuggets, nuevo MVP de la temporada de la NBA y pieza clave para derrotar a Portland y conseguir el pase a semifinales. Nikola Jokic se encuentra tercero dentro de los 5 jugadores con mejores números en el ranking de los playoff. Repasemos su importancia y por qué se quedó con el premio del más valioso.

Había varios jugadores con chances de quedarse con el MVP. Desde Curry hasta Antetokounmpo, quizás Durant si hubiese jugado todos los partidos hasta Lillard o Harden. Los nombrados son jugadores de campo, generadores de juego, cumplen funciones y posiciones estructuralmente distintas al pivot serbio. Sin embargo, Jokic le dio una vuelta de tuerca a lo que suele ser la esencia de su puesto y es el eje de ataque de Denver.

El balcánico realiza lanzamientos de fútbol americano para asistir a sus compañeros de aro a aro, tras sacar del fondo o luego de tomar un rebote. Aunque suene algo absurdo, esta analogía refleja la visión del juego y velocidad en la ejecución del pase. La toma de decisiones lo caracterizan y la efectividad de sus tiros lo acompañan. Los números hablan por sí solos: 53% en tiros de campo, 43% en triples y 92% en tiros libres.

Lo particular que distingue el posicionamiento y rol usual de pivote son sus 25 tiros por encima de los 7 metros en la serie contra Portland. Sus intentos perimetrales son otro condimento que configuran su armadura ofensiva. Si bien su juego no se caracteriza por ser veloz, más bien ralentizado, es compensado por su capacidad en la lectura del juego y los pases sacando ventajas de las defensivas de sus rivales.

Las ofensivas pueden cumplir con diferentes objetivos; respetar el desarrollo del jugador o perseguir el fin de anotar puntos. En esta última aparece el serbio, el mejor asistidor que tiene el plantel y además promedió 33 puntos en los últimos cinco partidos. La visión del juego y cómo controla el tiempo de los partidos, son los dos componentes que lo destacan y caracterizan. Rompe el sistema de juego usual que estamos acostumbrados a ver, si bien las posiciones diagramadas ya no son tales, Jokic es un gran ejemplo de esto.

Un jugador que naturalmente es un pivot y ejerce esencialmente las funciones de un base. Juega y hace jugar. A pesar de que no cuente con el cuerpo o la rapidez de uno. Ante la lesión de Murray, su mayor generador, el equipo tuvo que adaptarse a este sistema y acostumbrarse a jugar con Jokic y Campazzo, como su nueva armadura ofensiva así lo había mencionado Mike Malone al comienzo de la temporada. Puede sonar extraño, pero el serbio tuvo actuaciones en los playoffs donde realizó el pick and roll con otro interno. Allí, el equipo fue acomodando sus ofensivas para que Nikola comande el ataque.

El joker era uno de los candidatos, sí. Tal vez no todas las miradas se situaban en él pero lo consiguió y lo podemos considera histórico. El último pivot en conseguir este premio, fue Shaquille O'Neal en la temporada 1999-2000. Pero si algo está claro es que rompe con la estructura de lo que significaba un pivot tradicional en aquella época, dejando de lado esa esencia de recibir y ejecutar, utilizando su poderío físico por encima de su lectura. Jokic dejará la marca, de lo que era la recepción y ejecución a la construcción y generación.

Julieta Belico
@julibelico
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