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08/02/2011 07:59 | Liga Nacional

Luna de La Boca

Autor:Pablo Tosal

(Opinión). En el 2004 el director Juan José Campanella nos sorprendió con un peliculón como Luna de Avellaneda. Medio chantaje emocional, medio guión trabajado, una soberbia tarea de Darín y un cuentito que deberían ver todos los hinchas de todos los clubes del país.

Desde entonces tengo una disputa antológica con mi amigo periodista Claudio Lassiar. Él: romántico empedernido, abstracto, inteligente, fantasioso, pasional. Yo: concreto, indiferente, tajante, equilibrado.

Lassiar sostiene y defiende las LUNAS DE AVELLENADAS. Los clubes Sociedades sin Fines de Lucro, fin social, dirigencias amateur, entusiastas, seguidores, pasionales, despojados de intereses personales que no sea el bien común. Idealista.

Tosal sostiene los clubes sin fines de lucro pero con dirigencias deportivas profesionales privadas, de decisiones autónomas, empresariales, lucrativas, de fines económicos. Materialista.

Quienes me conocen saben que yo soy el revés de la bolsa que opino. Pero que yo sea un tipo de carente interés en el dinero personal, no significa que no conozca como funciona el mundo. No hay LUGAR EN EL BÁSQUET PARA LAS ACCIONES PASIONALES.

Cuando Andrés Calamaro dijo “no se puede vivir del amor” los artistas le reprocharon la canción. Pero tenía razón!. Es como detenerse a opinar entre jugar lindo y ganar. Por Dios que burrada!. Desde el último de los humanos primates (80 de coeficiente) hasta los superdotados quiere GANAR. Después vemos los cómo. Lo que deberían decir es que “a pesar de la derrota el sentimiento no cambia”. Pero lo primero que quieren es ganar, no jugar bien.

En el deporte profesional es igual. El hincha es la finalidad, el juego es el medio, pero la realidad indica que se hace con plata. No con buenas intenciones, no con pasión, no con amor.

El caso Boca y la manipulación de las emociones

Con esta nota que presenta Pick and Roll a través de la gestión periodística de Matías Traversa, se pone de manifiesto, una vez más el uso político (leáse por “uso político” el juego de las emociones de la gente) sobre el bien intangible “Boca Basket”.

Primero: Hagamos un repaso ordenado y serio de lo que es Boca en Básquet.

Hablamos del segundo equipo por cantidad de puntos obtenidos en la historia de la liga Nacional. Tres veces campeón de Liga. Un animador permanente de la liga y trascendente desde finales de los 90 hasta finales de la primera década del nuevo milenio.

Por abuso de nombre los lectores de los medios convencionales como los diarios capitalinos se detienen a leer todo los que dice “Boca Juniors”, desde básquet hasta ajedrez. La marca “Boca Juniors” es una de las marcas deportiva más importante de América y del Mundo. Todo esto no se puede desconocer.

Me permito un pensamiento horizontal. Boca le ha dado al básquet mucha más publicidad que gente, esto es claro. La pregunta sería: ¿qué publicidad le dio? ¿La de un estadio para 1600 espectadores que apenas tiene 200 de promedio en los últimos 10 años?

La respuesta marketinera es: Pero sale en los medios!! Es como publicitar un auto chocado. Es la famosa idea de Joseph Goebbels “miente, miente que algo quedará”. Un espanto agarrarse del diario Olé, los 5 mil lectores de “boca de fútbol”, que llegan al final del diario y leen como le fue a “su club” en básquet. Boca básquet le interesa más a algunos los periodistas capitalinos que a la gente en general. Un juguete para pocos.

Este tema fue largamente hablado con el mejor Jefe de Marketing que tuvo la AdC en su historia, Guillermo Ricaldoni, quien con su santa paciencia le explicaba a este burro lo que eran las planillas de trabajo donde se determinaba la importancia de la “marca Boca Juniors” para el impacto del básquetbol.

Quiero decir, he tratado largamente el tema. En vario ámbitos. Y choco siempre con lo mismo. ¿Para que quiere el básquet a Boca? ¿A este Boca? Un club con el máximo poder económico de la Argentina, con el máximo poder político de la Argentina, con la mayor cantidad de seguidores de la Argentina y no pueden llevar 2000 personas de promedio en un estadio digno.

Entonces si el paradigma de los clubes no puede lograrlo ¿cuál es el ejemplo que cunde? ¿Qué se le puede pedir desde ese ejemplo a Monte Hermoso Básquet? ¿Por qué debería Argentino de Junín jugar en un estadio para 3 mil personas si Boca no lo hace? ¿Por qué debería Gimnasia de la lejana Comodoro Rivadavia llenar la cancha si Boca no lo hace?

¿Que clase de ejemplo es un club tan grande (en marca y en resultados deportivos) y tan patético en el fin promocional?. Insisto, hablamos de unos de los clubes más famosos del mundo.

Si nos remitimos nuevamente a Luna de Avellaneda, entonces se cierra la conversación. Por qué desde el ámbito pasional esta todo perdonado. Defender a Boca por motivos pasionales está bien. Es patrimonio de los hinchas, pero no es lógico desde un mercado que necesita de clubes que lleven gente a la cancha y muestren lo que mostró Lanús la noche del viernes pasado con Obras (incidentes excluidos). Las causas de este fenómeno no son motivo de esta nota de opinión, sino el contexto.

Boca básquet no debe desaparecer sino refundarse como Boca Juniors. Ese club que día a día recibe las bondades de miles de líneas de periódicos, horas de aire radial y televisivo en el ámbito de un mundo que se mueve por estereotipos.

La radicalización del pensamiento no está mal cuando sabemos que naranja exprimir. No le estoy pidiendo peras al olmo, sino que se dejen de hablar de amor los reyes del poder económico.

Pablo Tosal
En Twitter @pablotosal
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